1. Reflexión del día:
La salud mental, como la caspa, aparece
cuando menos lo esperas.
Robin Worthington
Somos responsables del esfuerzo, pero no del
resultado. Con frecuencia nos sentimos abrumados por un problema o por varios.
Podemos sentirnos enojados, incapaces de manejar el asunto y seguras de que no
hemos hecho ningún progreso en este período de recuperación. Pero no ha sido
así. Cada día que elegimos
la sobriedad, cada día que decidimos abstenernos de nuestra actuación
compulsiva sexual, romántica o de aislamiento-evasión (anorexia), avanzamos con
mayor seguridad hacia la salud mental estable.
Quizás ayer o
la semana pasada nos sentíamos fuertes y seguros, controlándolo todo. Y lo
volveremos a hacer mañana o quizás hoy mismo. Nuestros esfuerzos rinden frutos
cuando menos lo esperamos, silenciosamente, unas veces en forma sutil y otras
de manera espectacular. Una buena carcajada puede ser la señal de una chispa
mental.
Nadie logra la
salud mental completa. Ser humanos significa tener dudas y miedos. Pero a medida que crece nuestra
fe, como lo hará si aplicamos los Doce Pasos en nuestra vida, los miedos y las
dudas disminuyen. Y los días positivos serán cada vez más numerosos.
Reunirme con
un amigo, pedir un aumento o resolver un conflicto con mi pareja son cosas que
podré manejar fácilmente cuando menos lo
espere. El mejor esfuerzo
que puedo hacer hoy es mirar con confianza hacia delante y no hacia atrás.
2. Tema:
El
síndrome de abstinencia – parte 5
Capitulo 5 del
libro de S.L.A.A
Comenzábamos
nuestra jornada. Al vivir solos, como
era el caso de muchos de nosotros en ese momento, incluso los ritos diarios de
bañarnos, vestirnos, y alimentarnos adquirieron una gran importancia. La ejecución de estas tareas ordinarias era
una muestra de nuestro cariño por
nosotros mismos.
Después
echábamos un vistazo al día.
Probablemente teníamos que ocuparnos de algunas cosas como pagar el
alquiler, lavar la ropa, ir de compras, o trabajar. La
actividad física, incluso la más sencilla como dar un paseo, contribuía a que
nos centráramos en el día un poquito.
Algunos optaron por el “jogging” u otros ejercicios que exigían un gran
esfuerzo físico. Nos proporcionaban una
sensación de cansancio que podía llenar, o incluso remplazar, el vacío que dejaba
la ausencia de alivio sexual. El
contacto con otros miembros de ASAA. o con amigos de confianza, quizás miembros
de otros programas de doce pasos, era útil.
Era posible que pudiéramos asistir a reuniones abiertas de A.A. o de
Al-Anon, o quizá tuviéramos la suerte de tener reuniones de ASAA. donde
vivíamos. A lo mejor estábamos
intentando organizar reuniones y teníamos que ocuparnos de las tareas
correspondientes.
El propósito de todo esto no era el de atiborrar el
día con actividades. La mayoría de nosotros, al igual que necesitábamos
descanso y soledad, también necesitábamos
otras tareas, contactos personales y responsabilidades. Estábamos empleando, en nuestro interior,
tanta energía como la mayoría de la gente que tiene trabajos de jornada completa
y que disfruta de una vida familiar activa.
De hecho, la mayoría estábamos trabajando mucho más que nunca. Ante todo, estábamos tratando de
“contenernos”, de liberarnos a nosotros mismos de los tentáculos de una
adicción horrible que nos había llevado a un punto increíble de actividad
autodestructiva. El mero “contenernos”
exigía un esfuerzo inmenso. Al
dedicarnos a las tareas más a mano e inmediatas, estábamos suprimiendo temporalmente
nuestros miedos reales concernientes al resultado de todo esto. Vivíamos en el presente inmediato y encontrábamos que podíamos
tener éxito durante una hora, o una mañana, o un día. Descubríamos la felicidad que proporcionaba
salir indemne de cada periodo de veinticuatro horas.
Descubrimos
que el antídoto más eficaz para los dolores corrosivos producto de nuestras
luchas y dudas era poner las dudas referentes al resultado del síndrome de
abstinencia en manos de Dios, o del Poder que creyéramos que nos estaba
ayudando a abstenernos de nuestros viejos patrones.
A través de
todo esto llegamos, día a día, a estar
atentos a lo que nos ocurría. Por el simple hecho de “contenernos”,
inauguramos una relación con nosotros mismos basada en la sinceridad creciente,
la confianza y la intimidad. Ahora
sabíamos que nuestro objetivo, durante el síndrome de abstinencia, era poner los
fundamentos de nuestra realización personal. Desconocíamos la fórmula por la que esto se
traduciría en relaciones personales o carreras.
Pero lo que sí sabíamos era que las circunstancias externas se materializarían
alrededor de este fundamento interior de realización personal, y acabarían
reflejando nuestro estado interior. Éramos capaces de abrazar el sentimiento de
nuestra creciente capacidad de realización personal y dejar los resultados
específicos en manos de Dios. Este
cambio de actitud alivió nuestro sentido de crisis existencial
3. Taller:
1.-
A medida que avanzas en el programa ¿A mejorado la intimidad contigo mismo?
2.-
Como vas manejando:
v Miedos
v Culpas
v Negatividad.
v Relación con otros –Familia, amigos, trabajo
v Economía
v Recreación.
v Relación con el Poder superior
3.- ¿Que
papel tiene en tu recuperación el autoconocimiento; sinceridad, confianza e
intimidad? ¿Van creciendo? ¿Que importancia le das al apadrinamiento en este
proceso?
4.- ¿Forman parte de círculo verde las
actividades cotidianas –lavar la ropa, ordenar, pagar cuentas etc.?
5.- En este momento ¿Cómo vas en el programa,
que es lo que mas te ha costado, que es lo que mas te ha gratificado?
No hay comentarios:
Publicar un comentario