martes, 26 de junio de 2012

Junta por Skype 8PM

1. Reflexión del día:

La salud mental, como la caspa, aparece cuando menos lo esperas.

 Robin Worthington


 Somos responsables del esfuerzo, pero no del resultado. Con frecuencia nos sentimos abrumados por un problema o por varios. Podemos sentirnos enojados, incapaces de manejar el asunto y seguras de que no hemos hecho ningún progreso en este período de recuperación. Pero no ha sido así. Cada día que elegimos la sobriedad, cada día que decidimos abstenernos de nuestra actuación compulsiva sexual, romántica o de aislamiento-evasión (anorexia), avanzamos con mayor seguridad hacia la salud mental estable.

Quizás ayer o la semana pasada nos sentíamos fuertes y seguros, controlándolo todo. Y lo volveremos a hacer mañana o quizás hoy mismo. Nuestros esfuerzos rinden frutos cuando menos lo esperamos, silenciosamente, unas veces en forma sutil y otras de manera espectacular. Una buena carcajada puede ser la señal de una chispa mental.

Nadie logra la salud mental completa. Ser humanos significa tener dudas y miedos. Pero a medida que crece nuestra fe, como lo hará si aplicamos los Doce Pasos en nuestra vida, los miedos y las dudas disminuyen. Y los días positivos serán cada vez más numerosos.

Reunirme con un amigo, pedir un aumento o resolver un conflicto con mi pareja son cosas que podré  manejar fácilmente cuando menos lo espere. El mejor esfuerzo que puedo hacer hoy es mirar con confianza hacia delante y no hacia atrás.





2. Tema:

El síndrome de abstinencia – parte 5

Capitulo 5 del libro de S.L.A.A

Comenzábamos nuestra jornada.  Al vivir solos, como era el caso de muchos de nosotros en ese momento, incluso los ritos diarios de bañarnos, vestirnos, y alimentarnos adquirieron una gran importancia.  La ejecución de estas tareas ordinarias era una muestra de nuestro cariño por nosotros mismos.

Después echábamos un vistazo al día.  Probablemente teníamos que ocuparnos de algunas cosas como pagar el alquiler, lavar la ropa, ir de compras, o trabajar.  La actividad física, incluso la más sencilla como dar un paseo, contribuía a que nos centráramos en el día un poquito.  Algunos optaron por el “jogging” u otros ejercicios que exigían un gran esfuerzo físico.  Nos proporcionaban una sensación de cansancio que podía llenar, o incluso remplazar, el vacío que dejaba la ausencia de alivio sexual.  El contacto con otros miembros de ASAA. o con amigos de confianza, quizás miembros de otros programas de doce pasos, era útil.  Era posible que pudiéramos asistir a reuniones abiertas de A.A. o de Al-Anon, o quizá tuviéramos la suerte de tener reuniones de ASAA. donde vivíamos.  A lo mejor estábamos intentando organizar reuniones y teníamos que ocuparnos de las tareas correspondientes.

El propósito de todo esto no era el de atiborrar el día con actividades.  La mayoría de nosotros, al igual que necesitábamos descanso y soledad, también necesitábamos otras tareas, contactos personales y responsabilidades.  Estábamos empleando, en nuestro interior, tanta energía como la mayoría de la gente que tiene trabajos de jornada completa y que disfruta de una vida familiar activa.   De hecho, la mayoría estábamos trabajando mucho más que nunca.  Ante todo, estábamos tratando de “contenernos”, de liberarnos a nosotros mismos de los tentáculos de una adicción horrible que nos había llevado a un punto increíble de actividad autodestructiva.  El mero “contenernos” exigía un esfuerzo inmenso.  Al dedicarnos a las tareas más a mano e inmediatas, estábamos suprimiendo temporalmente nuestros miedos reales concernientes al resultado de todo esto.  Vivíamos en el presente inmediato y encontrábamos que podíamos tener éxito durante una hora, o una mañana, o un día.  Descubríamos la felicidad que proporcionaba salir indemne de cada periodo de veinticuatro horas.

Descubrimos que el antídoto más eficaz para los dolores corrosivos producto de nuestras luchas y dudas era poner las dudas referentes al resultado del síndrome de abstinencia en manos de Dios, o del Poder que creyéramos que nos estaba ayudando a abstenernos de nuestros viejos patrones.

A través de todo esto llegamos, día a día, a estar atentos a lo que nos ocurría.  Por el simple hecho de “contenernos”, inauguramos una relación con nosotros mismos basada en la sinceridad creciente, la confianza y la intimidad.  Ahora sabíamos que  nuestro objetivo, durante el síndrome de abstinencia, era poner los fundamentos de nuestra realización personal.  Desconocíamos la fórmula por la que esto se traduciría en relaciones personales o carreras.  Pero lo que sí sabíamos era que las circunstancias externas se materializarían alrededor de este fundamento interior de realización personal, y acabarían reflejando nuestro estado interior.  Éramos capaces de abrazar el sentimiento de nuestra creciente capacidad de realización personal y dejar los resultados específicos en manos de Dios.  Este cambio de actitud alivió nuestro sentido de crisis existencial



3. Taller:

1.- A medida que avanzas en el programa ¿A mejorado la intimidad contigo mismo?

2.- Como vas manejando:

v Miedos

v Culpas

v Negatividad.

v Relación con otros –Familia, amigos, trabajo

v Economía

v Recreación.

v Relación con el Poder superior



3.-  ¿Que papel tiene en tu recuperación el autoconocimiento; sinceridad, confianza e intimidad? ¿Van creciendo? ¿Que importancia le das al apadrinamiento en este proceso?

4.- ¿Forman parte de círculo verde las actividades cotidianas –lavar la ropa, ordenar, pagar cuentas etc.?

5.- En este momento ¿Cómo vas en el programa, que es lo que mas te ha costado, que es lo que mas te ha gratificado?



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