lunes, 18 de junio de 2012

Intimidad con uno mismo II

INTIMIDAD CON UNO MISMO

 PARTE II



          Aunque vomitar sentimientos creaba siempre el potencial de un horrible efecto contraproducente, ya que la persona en cuestión se volvía hacia nosotros iracunda y desagradable, con más experiencia en la manera de hacerlo.

          Es absolutamente esencial entrar en contacto con esos viejos sentimientos, y la persona que los hace saltar (con independencia de lo detestable que nos parezca en ese momento) nos ha hecho un regalo realmente importante: el regalo de permitirnos entrar en contacto con viejas partes enterradas de nosotros mismos, e incluso de ayudarnos a ello. Cuando se nos “dispara” algo, es responsabilidad nuestra irnos a un lugar seguro en donde podamos adentrarnos en estos sentimientos para trascenderlos y ver con qué están relacionados y qué significan para nosotros. Después, tal vez queramos o no volver hacia la persona que nos «hizo saltar y ver qué parte de esos sentimientos están relacionados con ellas. Otra de las maneras con la que se evitaba sutilmente la intimidad (con frecuencia al mismo tiempo que se hacía profesión de la misma) era hablando sobre sentimientos y sintiéndolos mientras se exponían. Algunas personas son muy expertas en hablar sobre sentimientos, pero no son tan buenas creándolos. No saben ser congruentes con ellas mismas respecto a lo que está pasando por dentro y lo que está siendo expresado afuera. Para tener intimidad con nosotros mismos debemos tener esta especie de congruencia. Yo tenía un amigo que dijo una vez que creía que una relación era simplemente estar presente para la otra persona. Creo que la intimidad con uno mismo es estar presente para uno mismo y después aportar ese yo a las relaciones con los demás. Para tener intimidad con otra persona, uno debe tenerla consigo mismo. Una vez que hay un mínimo de conocimiento, información, conciencia y presencia con el yo, existe la posibilidad de compartir ese proceso entre dos personas. Si, no obstante, uno no vive su propio proceso, nunca es posible compartir ese proceso con otra u otras personas.



1. ¿De qué manera evadías tu intimidad al acallar tus sentimientos verdaderos o al aparentar sentimientos que no tenías?

2. ¿Cómo has encontrado la intimidad contigo mismo, a través del proceso sincero y honesto de buscar en tus sentimientos?

3. ¿Que te ha traído el intimar contigo mismo? ¿Ha sido difícil, fácil, desagradable? ¿Cómo ha repercutido esto en tus relaciones con los demás?




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