MAYO 15
“Tenemos tantas palabras
sonoras, y tan pocos actos que les correspondan”. Abigail Adams.
Es más fácil hablar de lo que haremos que de lo que
hacemos. Hacemos buenos propósitos y podemos usar frases rimbombantes para
expresar nuestras intenciones. Pero cuando se nos vienen encima, a menudo
fallamos en ejecutarlas.
Desde luego, es importante querer actuar bien y hablar
sobre ello. Pero si nos perdemos en nuestra adicción, encontraremos que el
mundo exterior tiende a volverse oscuro e insubstancial, en comparación con
nuestras obsesiones. “Quiero comprarle un presente”, “me gustaría darle una
sorpresa en su cumpleaños”, pero, por lo regular, es la fantasía de siempre. En
nuestra adicción no tenemos tiempo o energía para otras personas. Las obsesiones toman tiempo; las
compulsiones cuestan dinero. Así que el mundo debe esperar un poco…
En recuperación nos cansamos de vivir así, tan aislados, tan ensimismados. Requiere
tiempo, paciencia y apoyo para dejar todo y comenzar a vivir otra vez, pero
podemos hacerlo. Nos lo debemos a nosotros mismos, para convertir las buenas
intenciones en resultados dentro del mundo real.
“Estoy transformando pensamientos en acciones, y conectándolas con gente
real”.
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